lunes, 3 de diciembre de 2012

Un día me preguntaste si era verdad que las chicas no decíamos "te quiero", simplemente sonreíamos, suspirábamos y os decíamos "tonto". Sí, es cierto y parece mentira que no te des cuenta de que me paso el día sonriéndote, suspirando y llamándote tonto... ¿y sabes qué es lo peor? que lo hago inconscientemente. 


En esta vida el mejor regalo que te voy a hacer va a ser una vida. Te regalo mi vida para que la llenes de momentos inolvidables, como un diario de miles de hojas en las que todo lo que esté escrito sea tuyo y mio, sea nuestro. Y finalmente quiero que sepas que tú eres el mejor regalo que me has hecho.

¿Dónde está el secreto del futuro?


Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte... aunque sea tarde. Escribir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar, que no vas a recibir nunca, que como tú me enseñaste, en cuanto acabe de escribirla la quemaré. Mis sentimientos se pondrán a arder y así el dolor... ¿cómo era?... ¿cómo decías tú?... ¡ah! ¡ya!... así el dolor no se te queda tan dentro.

Tesoro.

Me encantaría retroceder siete días. Estaría esperándolo en el sofá de casa, esperando esas pocas ganas de estudiar inglés... Faltarían tres horas para tenerlo aquí conmigo haciéndome creer que me escucha mientras se despista con el mínimo detalle. Incluso con carita de cansado es precioso... no podéis imaginároslo, ¡es tan diferente al resto! Nunca le falta esperanza y es capaz de levantarme con una mínima sonrisa. Tiene algo que le hace destacar entre el resto, odia ser como los demás y probablemente eso es nuestra similitud más observada. Nuestro pequeño tesoro.